viernes, 23 de enero de 2009



"Mi Mundo Virtual"

Hace un poco más de seis años que chateo... y parece que lo he hecho toda la vida. Cuando me dí cuenta, ya estaba atrapada en este mundo virtual.

Aquí se descubren sentimientos nuevos, -nuevos por ser virtuales-, se conoce a todo tipo de personas, se aprende a enviar un sentimiento en unas letras y también a recibirlo. Se aprende a pasar un buen rato de una nueva manera... y también se sufre...

En este cibermundo loco y tierno, triste y apasionado, mágico y cruel, he pasado momentos muy agradables, amenos, divertidos, inesperados, tiernos... pero también dolorosos y amargos... tal vez la variedad de sentimientos sea lo que lo hace tan, tan especial.

Yo he aprendido que tras las palabras más dulces, se pueden esconder un montón de espinas, y tras las palabras más ácidas puede haber una persona con una tremenda necesidad de cariño y aceptación.

Que tras un "enamorado" puede haber un deshonesto capaz de hacer daño y tras una persona indiferente y reservada puede haber alguien muy enamorado.

He aprendido a ser muy cauta al expresar mis sentimientos y a no revelar toda mi verdad, sin que para ello sea necesario mentir... aquí, la mentira se nota, o por lo menos, tarde o temprano se descubre.

Por éso he aprendido a no creer en todo lo que leo... aunque en ocasiones he otorgado el beneficio de la duda.

He leído palabras que han intentado destruír la reputación de alguien, y palabras que han orado por el bienestar del ciberamigo enfermo.

He conocido a personas que se han enamorado tras una sola conversación y otras que niegan rotundamente que pueda surgir amor en el ciberespacio.

Sé que al haber química entre las palabras, no significa necesariamente que la haya entre los cuerpos... y viceversa.

En estos años he conversado con docenas de personas... agradables, amargas, cínicas, mentirosas, felices, indiferentes, apasionadas, crueles, dulces, tristes, buenas y no tanto... y he tenido la gran fortuna de que a quienes he llegado a conocer en persona, han sido las mejores, y de ellas, cuento con los dedos de una mano a quienes conservo como amigos.

Son esas personas con una no muy común mezcla de educación, -no necesariamente obtenida con estudios-, sensibilidad, sinceridad, sentido común, seriedad, honestidad, tolerancia, comprensión y mucho sentido del humor.

Cabe, en un rinconcito de mi vida real, esta vida cibernética que me ha dejado un montón de sentimientos especiales y experiencias que de no ser aquí, jamás las hubiera vivido. De esas experiencias guardo en mi corazón las mejores, las que realmente vale la pena recordar... las negativas, las dejo perder en la inmensidad del ciberespacio...

MerLein

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