domingo, 19 de julio de 2009

"Confidencias a una Estrella"

Sigue, sigue blanca estrella,
por el cielo en que naciste,
sin dejar ninguna huella...
siempre te hallaré más bella,
siempre me verás más triste.

Hoy vengo con mi dolor,
cual antes felíz venía,
mas ya nunca, astro de amor,
ceñirás con tu fulgor
ni su frente ni la mía.

Tú cruzas por ese cielo,
dando con tu luz la calma;
yo cruzo por este suelo,
llevando en mi desconsuelo
llena de sombras el alma.

Dame, dame tu luz bella,
que en esta alma sin amor,
tú sorprenderás, estrella,
en cada nube una huella
y en cada huella un dolor.

Tú que has escuchado el canto
de mi primera pasión,
acompaña mi quebranto
y alumbra el amargo llanto
que brota del corazón.

Horas del primer cariño,
tú las miraste lucir,
cuando ante tu luz de arniño,
la niña en brazos del niño
soñaba en el porvenir.

¡Dulce amor! ¡grata ciencia!
¡blanca luz! ¡delirio ardiente!
¿Por qué huyes de la existencia
cuando una dura experiencia
va marchitando la frente?

Aquellos goces extraños,
aquél esperar en Dios,
sin recoger desengaños.
aquél pasar de los años,
sin perturbar a los dos.

Todo, todo, blanca estrella,
tu tibia luz alumbró;
edad de sueños aquella,
envidiable, dulce, bella,
que para siempre se huyó.

~Juan de Dios Peza~

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